Cuando terminé la primera versión de En septiembre: a comienzos de 1997, su extensión era enorme. Como la novela se disponía en dos cauces diferenciados, aunque se entrecruzasen continuamente, decidí separarlos: para En septiembre [ver la sinopsis correspondiente] quedó la historia de Gonzalo y su búsqueda de Laura; para Invierno, reservé el resto del material, el que se refería a la vida de Arturo, el abuelo de Gonzalo, y a la impronta de Arturo sobre su hija Elena, la madre de Laura y Gonzalo. Abuelo y madre estaban afectados por una visión distorsionada de la realidad y Gonzalo tal vez heredó esta visión distorsionada (lo que queda patente en En septiembre).
En su origen ambos cauces estaban tan estrechamente imbricados que, al separalos (primero separé En septiembre: y después Invierno), tuve que restañar muchas heridas. El trabajo para En septiembre se prolongó hasta agosto de 2000. No me puse a trabajar en Invierno hasta un año después y en los primeros meses de 2002 por fin terminé la «operación». Demasiado trabajo, quizá, para algo que posiblemente no merezca la pena (seguramente no como proyecto novelístico en sí mismo, aunque sí tal vez como ejercicio de prueba y aprendizaje).
Creo que logré separar ambos cauces siameses con éxito y ambos, ya novelas, son de lectura perfectamente independiente. De todas formas, se puede decir que la lectura conjunta de las dos (con preferencia en este orden: En septiembre primero, después Invierno), más que aportar explicaciones y aclaraciones mutuas (con seguridad innecesarias), permite enriquecer los matices de los personajes que comparten y también algunos aspectos de sus historias.
Sinopsis de Invierno: Gonzalo, el mismo personaje de En septiembre:, reconstruye con diversas ayudas la historia de su familia para así intentar comprenderse a sí mismo tal como es. Quizá en las peculiarísimas actitudes de su familia ante la vida encuentre las respuestas que persigue.
[© Jorge Mangas Peña, 1997. N.º de R.P.I.: M-55046]
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