Dodecálogos y números primos
poesía: 1996

Escribí estos poemas siguiendo un plan absurdo. Se trataba de elegir al azar en un grueso diccionario palabras de doce letras. Cada palabra serviría de título para un poema de doce versos libres. Cada letra de la palabra del título sería la primera de cada uno de los versos, pudiendo leerse así el título según el sistema de versos acrósticos. Después de cada uno de estos poemas o «dodecálogos», vendría otro poema, que profundizaría en el tema del dodecálogo correspondiente.

El número de versos de este poema acompañante estaría determinado por el orden creciente de los números primos: así, al primer dodecálogo le seguiría un poema de un verso; al segundo dodecálogo, un poema de dos versos; al tercero, uno de tres; al cuarto, uno de cinco... Hasta que me agotase. Un ejemplo, el quinto dodecálogo, con su número primo (su poema acompañante fue el elegido como cita por María Lapachet en su poemario Suada, de 2004):

5. Vaporización (marzo de 1996)

Verte se torna deleite
agradecido
por los dones que me
otorgarás:
risa de cuerda de guitarra que
interpretarás sin público presente, sin
zapateado
a pesar de la llama
cruda en la punta
indecisa de tus dedos...
ofréceme otra cosa,
no te exijo nada.

{7}
Finalmente
descendemos al silencio
sin haberlo roto en la vida.
Finalmente
ascendemos al olvido
sin haber prestado jamás voz a la memoria.
Y nos vaporizamos.

 

[© Jorge Mangas Peña, 1996. N.º de R.P.I.: M-45384]

 

© jorge mangas peña, 2003-2011

 

Free Web Hosting